domingo, 25 de marzo de 2018

Jorge Icaza. Huairapamushcas


Huairapamushcas o los hijos del viento. En la región andina del Ecuador se considera así a los hijos ilegítimos del patrón con alguna campesina de la serranía. Hijos de “blanco” y de “india”, son mestizos, cholos o huapiramushcas. Son los explotados que no luchan para evitar la explotación; luchan para ser los nuevos explotadores. 


La narrativa de Jorge Icaza describe a la Región Interandina con sus políticas de dominación violenta y salvaje, dramas humanos, supersticiones y personajes claramente definidos. Icaza alcanza en “Huasipungo” su éxito internacional; pero esta novela primigenia, apenas inicia su trabajo de exposición acerca de la situación política y social de la Sierra Ecuatoriana con sus particularidades identitarias durante la mayor parte del Siglo XX. Con todos sus errores, dicotomías y prejuicios; pero también con sus aciertos y su denuncia, la obra de Icaza ser erige como una narración e interpretación importante del entramado sociopolítico y cultural de la urbe y la ruralidad serrana. Realidad cercana debido a mi condición de habitante de los Andes Ecuatorianos.

Arturo Aguirre, el mejor rondador del mundo, interpreta la tonada Píllaro Viejo:


Esta novela se desarrolla entres parajes montañosos y de neblina: en La hacienda “La Providencia”, propiedad del patrón o Taita Diablo Blanco, en Guagraloma, un poblado de mestizos y en Yatunyura, una comunidad de naturales que viven “en libertad” (no son huasipungueros), cerca de la ribera del río. En Huasipungo, el drama giraba en torno al indígena; en Huairapamuschas, los dramas y las condiciones de latifundista, cholo y longo se entrelazan mostrando una realidad nefasta y muy difícil de cambiar. Los personajes adquieren mayor profundidad psicológica y se desarrollan a lo largo de la trama.


Gabriel, hereda de su suegro un latifundio y debe trasladarse al páramo. Parco, ingenuo y con asco, no entiende cómo manejarse en ese territorio; deberá aprender por la fuerza hasta convertirse en un verdadero gamonal, amo y señor de cholos e indios. Aquí se evidencia la transformación de un liberal en latifundista, seducido por el poder que revisten inabarcables dominios y el látigo en la diestra. El Mayordomo de la hacienda es Isidro Cari, astuto y codicioso, representa al cholo con deseos de convertirse en patrón, no dudará en engañar, manipular y robar para conseguirlo. A final sus ambiciones y tretas, conducen a calamidades en la comunidad de naturales, debido a las crecientes del río durante el pavoroso invierno serrano. Pablo Tixi amañado con la longa Juana, es obligado a casarse para esconder el fruto de las entrañas de la longa: los hijos de taita diablo blanco, los huairapamushcas. Su llegada a la comunidad de Yatunyura es un presagio gris que se cierne sobre ellos. Estas dos criaturas representan el tema central de la novela: el blanqueamiento. El Indio que quiere ser cholo, y el cholo que quiere se blanco.


En este libro se plantean tópicos que aborda el realismo mágico, por lo cual, puede ser un precedente. Se retrata América como un infierno, mejor dicho, como un paraíso al revés. El origen del poblado Guagraloma me recordó muchísimo a Comala, toda la ambientación de hecho. Se dice que un antiguo patrón de la hacienda, incineraba a los hijos que tenía con las indias de la servidumbre, una de ellas escapó y dio a luz a un cholo, que creció y pactó con el diablo. Después de un tiempo, la feria, la pulpería, y el almacén florecieron en este pueblo de Huairapamushcas. Algunos críticos han dicho de esta novela que es una diabolización del mundo andino y estoy de acuerdo.  Se hace hincapié en los olores, para trasmitir sensaciones desagradables. Las condiciones de miseria, de ignominia y degradación que nos pinta configuran una estética de lo horrible, emparentada de lejos con su contemporáneo Pablo Palacio, y precedente de los “lenguajes de lo grotesco” de la narrativa contemporánea, que han superado con creces las limitaciones ideológicas y de forma del autor de Huasipungo.


Icaza aborda los temas indígenas desde su visión occidental y mestiza (blanca), denuncia de manera cruda y visceral la situación desesperada y el maltrato del que son víctimas los naturales; pero al hacerlo, los despoja de alma e inteligencia, los reduce de condición y pasan a ser despojos humano. Criticado porque en lugar de reivindicar la cosmovisión y la cultura de los “indios” los pintan como seres inferiores, en ese sentido, es una visión desde el explotador que no quiere o no puede comprender al explotado; sin embargo, percibe y acusa la injusticia. Sin interpretar ni analizar a profundidad los saberes de los naturales; su obra dimensiona el poder político y religioso de la época para describir un verdadero infierno en los Andes, propiciado por las envidias, los rencores, la ambición, la superstición y los prejuicios de los humanos que aquí habitan y que seguimos habitando.


El tiempo pasó y poco cambió, somos mestizos dominados. Huairapamushcas que no quieren evitar la dominación; más quieren dominar. El tiempo pasó e inmortalizó la obra de Icaza, como referente del indigenismo del país y del continente. Su análisis es importante para una comprensión de la evolución de la narrativa ecuatoriana tanto en su temática como en sus formas. Como habitante de la Sierra de Ecuador, considero que todo mestizo que viva en esta región debe acercarse a las obras de Icaza, para identificar diferentes puntos de vista sobre el ser mestizo, cholo o serrano a través de la historia reciente.

La banda de folk progresivo ekuatoriana: Promesas Temporales


"¡Cobarde Mamá Virgen!
- Siendo Mama ¿Cómo pes?
- ¿No decían que era Mama del pobre natural?
- Mentira
- Cara de huiarapamushca
- Vestido de huairapamushca
- Adornos de huairapamushca.
- Corona de huairapamushca.
- Guagua de huairapamushca.
- Todo mismo como huairapamushca"


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