Huairapamushcas
o los hijos del viento. En la región andina del Ecuador se considera así a los
hijos ilegítimos del patrón con alguna campesina de la serranía. Hijos de
“blanco” y de “india”, son mestizos, cholos o huapiramushcas. Son los
explotados que no luchan para evitar la explotación; luchan para ser los nuevos
explotadores.
La narrativa de Jorge Icaza describe a la Región Interandina con
sus políticas de dominación violenta y salvaje, dramas humanos, supersticiones
y personajes claramente definidos. Icaza alcanza en “Huasipungo” su éxito
internacional; pero esta novela primigenia, apenas inicia su trabajo de
exposición acerca de la situación política y social de la Sierra Ecuatoriana
con sus particularidades identitarias durante la mayor parte del Siglo XX. Con
todos sus errores, dicotomías y prejuicios; pero también con sus aciertos y su
denuncia, la obra de Icaza ser erige como una narración e interpretación
importante del entramado sociopolítico y cultural de la urbe y la ruralidad
serrana. Realidad cercana debido a mi condición de habitante de los Andes
Ecuatorianos.
Arturo Aguirre, el mejor rondador del mundo, interpreta la tonada Píllaro Viejo:
Esta novela se
desarrolla entres parajes montañosos y de neblina: en La hacienda “La
Providencia”, propiedad del patrón o Taita Diablo Blanco, en Guagraloma, un
poblado de mestizos y en Yatunyura, una comunidad de naturales que viven “en
libertad” (no son huasipungueros), cerca de la ribera del río. En Huasipungo,
el drama giraba en torno al indígena; en Huairapamuschas, los dramas y las
condiciones de latifundista, cholo y longo se entrelazan mostrando una realidad
nefasta y muy difícil de cambiar. Los personajes adquieren mayor profundidad
psicológica y se desarrollan a lo largo de la trama.
Gabriel, hereda
de su suegro un latifundio y debe trasladarse al páramo. Parco, ingenuo y con
asco, no entiende cómo manejarse en ese territorio; deberá aprender por la
fuerza hasta convertirse en un verdadero gamonal, amo y señor de cholos e
indios. Aquí se evidencia la transformación de un liberal en latifundista, seducido
por el poder que revisten inabarcables dominios y el látigo en la diestra. El
Mayordomo de la hacienda es Isidro Cari, astuto y codicioso, representa al
cholo con deseos de convertirse en patrón, no dudará en engañar, manipular y
robar para conseguirlo. A final sus ambiciones y tretas, conducen a calamidades
en la comunidad de naturales, debido a las crecientes del río durante el
pavoroso invierno serrano. Pablo Tixi amañado con la longa Juana, es obligado a
casarse para esconder el fruto de las entrañas de la longa: los hijos de taita
diablo blanco, los huairapamushcas. Su llegada a la comunidad de Yatunyura es
un presagio gris que se cierne sobre ellos. Estas dos criaturas representan el
tema central de la novela: el blanqueamiento. El Indio que quiere ser cholo, y
el cholo que quiere se blanco.
En este libro se
plantean tópicos que aborda el realismo mágico, por lo cual, puede ser un
precedente. Se retrata América como un infierno, mejor dicho, como un paraíso
al revés. El origen del poblado Guagraloma me recordó muchísimo a Comala, toda
la ambientación de hecho. Se dice que un antiguo patrón de la hacienda,
incineraba a los hijos que tenía con las indias de la servidumbre, una de ellas
escapó y dio a luz a un cholo, que creció y pactó con el diablo. Después de un
tiempo, la feria, la pulpería, y el almacén florecieron en este pueblo de
Huairapamushcas. Algunos críticos han dicho de esta novela que es una
diabolización del mundo andino y estoy de acuerdo. Se hace hincapié en los olores, para
trasmitir sensaciones desagradables. Las condiciones de miseria, de ignominia y
degradación que nos pinta configuran una estética de lo horrible, emparentada
de lejos con su contemporáneo Pablo Palacio, y precedente de los “lenguajes de
lo grotesco” de la narrativa contemporánea, que han superado con creces las
limitaciones ideológicas y de forma del autor de Huasipungo.
Icaza aborda los
temas indígenas desde su visión occidental y mestiza (blanca), denuncia de
manera cruda y visceral la situación desesperada y el maltrato del que son
víctimas los naturales; pero al hacerlo, los despoja de alma e inteligencia,
los reduce de condición y pasan a ser despojos humano. Criticado porque en
lugar de reivindicar la cosmovisión y la cultura de los “indios” los pintan
como seres inferiores, en ese sentido, es una visión desde el explotador que no
quiere o no puede comprender al explotado; sin embargo, percibe y acusa la
injusticia. Sin interpretar ni analizar a profundidad los saberes de los
naturales; su obra dimensiona el poder político y religioso de la época para
describir un verdadero infierno en los Andes, propiciado por las envidias, los
rencores, la ambición, la superstición y los prejuicios de los humanos que aquí
habitan y que seguimos habitando.
El tiempo pasó y
poco cambió, somos mestizos dominados. Huairapamushcas que no quieren evitar la
dominación; más quieren dominar. El tiempo pasó e inmortalizó la obra de Icaza,
como referente del indigenismo del país y del continente. Su análisis es
importante para una comprensión de la evolución de la narrativa ecuatoriana
tanto en su temática como en sus formas. Como habitante de la Sierra de
Ecuador, considero que todo mestizo que viva en esta región debe acercarse a
las obras de Icaza, para identificar diferentes puntos de vista sobre el ser
mestizo, cholo o serrano a través de la historia reciente.
La banda de folk progresivo ekuatoriana: Promesas Temporales
"¡Cobarde Mamá
Virgen!
- Siendo Mama
¿Cómo pes?
- ¿No decían que
era Mama del pobre natural?
- Mentira
- Cara de
huiarapamushca
- Vestido de
huairapamushca
- Adornos de
huairapamushca.
- Corona de
huairapamushca.
- Guagua de
huairapamushca.
- Todo mismo
como huairapamushca"
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