martes, 13 de marzo de 2018

Hermann Hesse. Demián


"El pájaro rompe el cascarón. El huevo es el mundo. El que quiere nacer tiene que romper un mundo. El pájaro vuela hacia Dios. El Dios es Abraxas."


Demian es una novela narrada en primera persona, que relata el paso de la niñez a la madurez de Emil Sinclair (autobiográfica dicen algunos) y es una de las obras más conocidas y leídas del escritor alemán. Hesse es un narrador excepcional, sus historias atrapan desde las primeras páginas. Utiliza descripciones sutiles y bellas al pintar la naturaleza, los ambientes y los paisajes. La narración y los diálogos se mezclan con suma destreza y habilidad; en breves y sencillos parlamentos, encierra ideas de universalidad absoluta, arraigadas en diferentes tradiciones culturales, especialmente orientales. Hermann se caracteriza por retratar situaciones en donde las dualidades se complementan, nos lega nociones sobre la búsqueda de un “camino de vida personal” y una “vivencia espiritual”, basada en el conocimiento de uno mismo. Es así, que es criticado por su hermetismo individualista y su poco compromiso con la realidad, en ese sentido es calificado de idealista.

La banda Steppenwolf, se inspira en el libro de Hermann Hesse el "Lobo Estepario" para nombrase como banda, aquí uno de sus temas más emblemáticos:


Supongo que una de las razones por las que me atrapa la obra de Hesse, es que en el fondo soy algo (bastante) idealista. Emil Sinclair es un muchacho perspicaz y despierto, desde su más tierna edad como muchos de nosotros, diferenció la luz de la oscuridad. Creyó que existen dos mundos que se oponen y que están en una lucha constante. Conoció entonces a Max Demian, un joven mayor, inteligente y con aspecto de “ungido”, que le impacta y conmueve profundamente; al poco tiempo se convertirá en su mentor. Con cariño Demian le enseña interpretaciones distintas de varias historias bíblicas como la de Caín y Abel, o la del buen ladrón y mal ladrón a los costados del “rey de los judíos” crucificado. A partir de aquí la vida de Sinclair se convierte en una ruta hacia su interior, aprenderá diferentes lecciones y tendrá varios maestros.


La vida de Emil, como la de cualquier adolescente, transcurre de instituto en instituto hasta su ingreso en la facultad. Durante este trayecto aprende sobre el poder de la observación y la palabra, el disfrute y el hastío del alcohol, la pureza del amor y la voluptuosidad de la carne. Dibuja y refleja su interior en los cuadros que pinta; sueña y vislumbra con sensibilidad la fusión de las dualidades. Observa el fuego y encuentra la sabiduría de la contemplación. Conoce la doctrina de Abraxas, el Dios que es demonio, la mujer que es hombre, el bien que es el mal, el infierno que es el paraíso, la vida que es la muerte. Dicho sea de paso, dicen que el origen de la palabra “abracadabra” viene de Abraxas.


Para el desenlace de la historia, Emil se reencuentra con Max y conoce a Eva, madre de Demian y la mujer de las visiones de Sinclair, su amante, su madre, su compañera. Un círculo de iniciados con lo más variados intereses se reúne en torno a Eva. Existen místicos, astrólogos, filósofos, investigadores de la antigüedad, estudiantes y demás inquietos y curiosos en pos del conocimiento o de Abraxas. Aquí se perfeccionan los saberes de Sinclair: entregarse al destino, para conocerse a sí mismo como fin de la existencia y empezar a vivir sus sueños, puesto que muy poca gente vive sus propios sueños, la mayoría vive los sueños de los demás o los que están impuestos en la sociedad. Entiende entonces que estaba equivocado, que los dos mundos que vio en su niñez: la luz y la oscuridad no se oponen, ni siquiera se complementan, sino que son uno solo, indivisible. Al final estalla la guerra (La gran guerra) y se confirman los presentimientos negativos que giraban en el ambiente.


"La vida de todo hombre es un camino hacia sí mismo, la tentativa de un camino, la huella de un sendero. Ningún hombre ha sido nunca por completo él mismo; pero todos aspiran a llegar a serlo, oscuramente unos, más claramente otros, cada uno como puede. Todos llevan consigo, hasta el fin, viscosidades y cáscaras de huevo de un mundo primordial. Podemos comprendernos unos a otros, pero sólo a sí mismo puede interpretarse cada uno”

El libro está lleno de simbolismos de toda índole, tiene referencias orientales, mesopotámicas y persas. El final un poco abrupto, indaga en dos tópicos que subyacen durante todo el relato tanto en los sueños como en las pinturas de Emil: el deseo a la madre y el homosexualismo. De igual forma que en Siddartha, el protagonista atraviesa por un aprendizaje de las artes amatorias y la voluptuosidad de la carne, que conforman una parte importante del conjunto espiritual. En Abraxas todo está permitido, todo es mistificado.


Existen numerosas críticas a esta obra, muchos intelectuales entre los que se incluye Cortázar consideran que es un trabajo superfluo, excesivamente idealista y nada realista. Inclusive tachan a Hesse de pretencioso o pesado, indican que sus referencias son “pseudo-espirituales”, simplicistas,  o de “auto-ayuda”. No se puede negar que Hermann fuera individualista, que privilegiara la búsqueda interior y el misticismo sobre la realidad social de su época. Recordemos, además, que entre sus influencias se encuentra Carl Yung, lo que dota a su de obra referencias del psicoanálisis como el inconsciente, los diferentes estadios de conocimiento de uno mismo o los arquetipos.


Para mi es una gran novela, escrita de manera bella y sencilla, que guarda temas y conceptos interesantes para consultar y expandir el conocimiento. Existe profundidad en estos conceptos que parecen llanos y repetitivos; tal vez la habilidad de Hesse estriba en presentarlos de forma franca y espontánea, con palabras naturales y preciosas que invitan y motivan a los lectores a vivir estas historias como suyas. La universalidad de los contenidos y la destreza narrativa de Hesse ha convertido esta obra en clásica, y en bocado predilecto de jóvenes y adultos en el mundo entero. Son millares de personas que siguen su propio camino e intentan vivir sus anhelos, aunque nos digan individualistas o idealistas. Estas ideas se continúan en las obras posteriores de Hermann, quiero destacar el “Juego de Abalorios” como una novela que propone una sociedad utópica basada en el equilibrio entre ciencia, espiritualidad y arte. No queda claro si Demian es una manifestación física de los pensamientos de Sinclair, o si existe en verdad, otra lectura más atenta me ayudará a comprender mejor varias ideas que se me escaparon.


“Cada uno de nosotros contiene el ser total del mundo, y del mismo modo que nuestro cuerpo integra toda la trayectoria de la evolución, hasta el pez e incluso más atrás aún, llevamos también en el alma todo lo que desde un principio ha vivido en las almas de los hombres. Todos los dioses y todos los demonios habidos, sean entre los griegos, los chinos o los cafres, todos están con nosotros, están presentes, como posibilidades, deseos o caminos. Si toda la humanidad muriese con la sola excepción de un niño medianamente dotado, este niño superviviente volvería a hallar el curso de las cosas y podría crearlo otra vez todo, dioses, demonios y paraísos, mandamientos, antiguos y nuevos Testamentos”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario