"El pájaro rompe el cascarón.
El huevo es el mundo. El que quiere nacer tiene que romper un mundo. El pájaro
vuela hacia Dios. El Dios es Abraxas."
Demian es una novela narrada en
primera persona, que relata el paso de la niñez a la madurez de Emil Sinclair
(autobiográfica dicen algunos) y es una de las obras más conocidas y leídas del
escritor alemán. Hesse es un narrador excepcional, sus historias atrapan desde
las primeras páginas. Utiliza descripciones sutiles y bellas al pintar la naturaleza,
los ambientes y los paisajes. La narración y los diálogos se mezclan con suma
destreza y habilidad; en breves y sencillos parlamentos, encierra ideas de universalidad
absoluta, arraigadas en diferentes tradiciones culturales, especialmente
orientales. Hermann se caracteriza por retratar situaciones en donde las dualidades
se complementan, nos lega nociones sobre la búsqueda de un “camino de vida personal”
y una “vivencia espiritual”, basada en el conocimiento de uno mismo. Es así, que
es criticado por su hermetismo individualista y su poco compromiso con la realidad,
en ese sentido es calificado de idealista.
La banda Steppenwolf, se inspira en el libro de Hermann Hesse el "Lobo Estepario" para nombrase como banda, aquí uno de sus temas más emblemáticos:
Supongo que una de las razones por
las que me atrapa la obra de Hesse, es que en el fondo soy algo (bastante)
idealista. Emil Sinclair es un muchacho perspicaz y despierto, desde su más
tierna edad como muchos de nosotros, diferenció la luz de la oscuridad. Creyó
que existen dos mundos que se oponen y que están en una lucha constante. Conoció
entonces a Max Demian, un joven mayor, inteligente y con aspecto de “ungido”,
que le impacta y conmueve profundamente; al poco tiempo se convertirá en su
mentor. Con cariño Demian le enseña interpretaciones distintas de varias
historias bíblicas como la de Caín y Abel, o la del buen ladrón y mal ladrón a
los costados del “rey de los judíos” crucificado. A partir de aquí la vida de
Sinclair se convierte en una ruta hacia su interior, aprenderá diferentes
lecciones y tendrá varios maestros.
La vida de Emil, como la de cualquier
adolescente, transcurre de instituto en instituto hasta su ingreso en la
facultad. Durante este trayecto aprende sobre el poder de la observación y la
palabra, el disfrute y el hastío del alcohol, la pureza del amor y la
voluptuosidad de la carne. Dibuja y refleja su interior en los cuadros que
pinta; sueña y vislumbra con sensibilidad la fusión de las dualidades. Observa
el fuego y encuentra la sabiduría de la contemplación. Conoce la doctrina de
Abraxas, el Dios que es demonio, la mujer que es hombre, el bien que es el mal,
el infierno que es el paraíso, la vida que es la muerte. Dicho sea de paso,
dicen que el origen de la palabra “abracadabra” viene de Abraxas.
Para el desenlace de la historia,
Emil se reencuentra con Max y conoce a Eva, madre de Demian y la mujer de las
visiones de Sinclair, su amante, su madre, su compañera. Un círculo de
iniciados con lo más variados intereses se reúne en torno a Eva. Existen
místicos, astrólogos, filósofos, investigadores de la antigüedad, estudiantes y
demás inquietos y curiosos en pos del conocimiento o de Abraxas. Aquí se
perfeccionan los saberes de Sinclair: entregarse al destino, para conocerse a
sí mismo como fin de la existencia y empezar a vivir sus sueños, puesto que muy
poca gente vive sus propios sueños, la mayoría vive los sueños de los demás o
los que están impuestos en la sociedad. Entiende entonces que estaba equivocado,
que los dos mundos que vio en su niñez: la luz y la oscuridad no se oponen, ni
siquiera se complementan, sino que son uno solo, indivisible. Al final estalla
la guerra (La gran guerra) y se confirman los presentimientos negativos que
giraban en el ambiente.
"La vida de todo hombre es un camino hacia sí mismo, la tentativa de un camino, la huella de un sendero. Ningún hombre ha sido nunca por completo él mismo; pero todos aspiran a llegar a serlo, oscuramente unos, más claramente otros, cada uno como puede. Todos llevan consigo, hasta el fin, viscosidades y cáscaras de huevo de un mundo primordial. Podemos comprendernos unos a otros, pero sólo a sí mismo puede interpretarse cada uno”
El libro está lleno de simbolismos de toda índole, tiene referencias orientales, mesopotámicas y persas. El final un poco abrupto, indaga en dos tópicos que subyacen durante todo el relato tanto en los sueños como en las pinturas de Emil: el deseo a la madre y el homosexualismo. De igual forma que en Siddartha, el protagonista atraviesa por un aprendizaje de las artes amatorias y la voluptuosidad de la carne, que conforman una parte importante del conjunto espiritual. En Abraxas todo está permitido, todo es mistificado.
Existen numerosas críticas a esta obra,
muchos intelectuales entre los que se incluye Cortázar consideran que es un
trabajo superfluo, excesivamente idealista y nada realista. Inclusive tachan a
Hesse de pretencioso o pesado, indican que sus referencias son
“pseudo-espirituales”, simplicistas, o
de “auto-ayuda”. No se puede negar que Hermann fuera individualista, que
privilegiara la búsqueda interior y el misticismo sobre la realidad social de
su época. Recordemos, además, que entre sus influencias se encuentra Carl Yung,
lo que dota a su de obra referencias del psicoanálisis como el inconsciente,
los diferentes estadios de conocimiento de uno mismo o los arquetipos.
Para mi es una gran novela, escrita
de manera bella y sencilla, que guarda temas y conceptos interesantes para
consultar y expandir el conocimiento. Existe profundidad en estos conceptos que
parecen llanos y repetitivos; tal vez la habilidad de Hesse estriba en
presentarlos de forma franca y espontánea, con palabras naturales y preciosas que
invitan y motivan a los lectores a vivir estas historias como suyas. La
universalidad de los contenidos y la destreza narrativa de Hesse ha convertido
esta obra en clásica, y en bocado predilecto de jóvenes y adultos en el mundo
entero. Son millares de personas que siguen su propio camino e intentan vivir
sus anhelos, aunque nos digan individualistas o idealistas. Estas ideas se
continúan en las obras posteriores de Hermann, quiero destacar el “Juego de
Abalorios” como una novela que propone una sociedad utópica basada en el
equilibrio entre ciencia, espiritualidad y arte. No queda claro si Demian es
una manifestación física de los pensamientos de Sinclair, o si existe en
verdad, otra lectura más atenta me ayudará a comprender mejor varias ideas que
se me escaparon.
“Cada uno de nosotros contiene el ser total del mundo, y del mismo modo que nuestro cuerpo integra toda la trayectoria de la evolución, hasta el pez e incluso más atrás aún, llevamos también en el alma todo lo que desde un principio ha vivido en las almas de los hombres. Todos los dioses y todos los demonios habidos, sean entre los griegos, los chinos o los cafres, todos están con nosotros, están presentes, como posibilidades, deseos o caminos. Si toda la humanidad muriese con la sola excepción de un niño medianamente dotado, este niño superviviente volvería a hallar el curso de las cosas y podría crearlo otra vez todo, dioses, demonios y paraísos, mandamientos, antiguos y nuevos Testamentos”.
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