José Antonio Campos fue escritor, periodista y cronista, laboró en los principales periódicos del puerto principal, destacándose por su estilo fresco, humano, humorístico y cargado de fuertes críticas sociales, labrándose a pulso un importante prestigio a nivel nacional. Utilizó el pseudónimo de “Jack the Riper” y trascendió en la historia de la literatura ecuatoriana, creando textos clásicos y vigentes hasta nuestra época. Especializado en las vivencias y peripecias del montubio y del mestizo costeño, retrató en cuadros de costumbres diversas situaciones místicas, socarronas y de sabiduría popular que entretuvieron a los lectores de las columnas de los diarios en donde fueron publicadas, y siguen siendo al día de hoy, narraciones soberbias de las letras ecuatorianas.
Héctor Napolitano, nos trae un tema inspirado en el color verde, el plátano verde, la provincia verde: Bolón de verde.
Las columnas semanales: “Rayos Catódicos” y “Fuegos Fatuos” fueron los lugares en donde Campos se dio a conocer en los periódicos: “El Universo”, “El Telégrafo”, “El Globo”, “Diarios de Aviso”, “El Tiempo”, “El Independiente”, “América Libre”, entre otros. Sus diálogos utilizan la jerga coloquial, propia y única de los protagonistas de sus crónicas, de forma colosal, transformando los fonemas en sabrosos textos que trasmiten a la perfección el condimento del habla montubia, un hito en la literatura ecuatoriana, que sería imitado por casi todas las corrientes estilísticas venideras. Sus historias, que me hicieron partir de la risa literalmente, son pequeñas anécdotas de viajes, personas y acontecimientos comunes al campo del litoral, que terminan con una reflexión somera pero muy aguda que relaciona cada pequeña anécdota con la administración pública, la política y la sociedad. Sus amonestaciones inteligentes, demuestran que existen formas elegantes y amenas de criticar a los gobernantes.
Las ocurrencias están a la orden del día en estos relatos "costumbristas": “los enamorados”, “el novio ciudadano”, “el ama de casa”, “el ama de choza” y “hombres desordenados”, fueron algunos de los relatos que más disfrute. Una recopilación de arte culinario basado en plátano verde y un texto que hace apología de “la famosa palanca” para acceder a un puesto público, también son momentos álgidos de la obra. Este libro, que presenta Ariel Ediciones, en su colección “Clásicos ecuatorianos”, es fiel a la edición original de “Cosas de mi Tierra”, compilada y editada por el propio José Antonio Campos en 1929. Su lectura es obligatoria e imprescindible para entender la historia del Ecuador y comprender a la sociedad del país, especialmente de la región Costa.
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